Aquí el artículo que salió hoy en El Comercio / Casas y Más:
"Cuando colocamos cosas en repisas, debemos apuntar hacia la claridad mental, caso contrario nuestra confusión mental puede restarnos oportunidades al comunicarnos con otros.
Un ejemplo del mal uso de las repisas es apilar libros de modo tal que unos tapen a otros ó colocar objetos a modo de adorno bloqueando su salida ó fácil ubicación, pues esto simboliza que nuestra información no es accesible y por lo tanto nuestro potencial no se desarrolla. El potencial existe, pero está oculto detrás de una ó más filas de libros.
Otra forma en la que solemos colocar los libros erróneamente, es apilándolos de forma horizontal, como si formasen una pared de ladrillos. Si alguien quiere un ejemplar que se encuentra en la base, nuestra sólida pared de palabras al comunicarnos con otros corre el peligro derrumbarse.
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